Minería en el océano: ¿La nueva frontera o un desastre ecológico?

La minería en aguas profundas para metales raros está ganando popularidad, pero los activistas ambientales advierten sobre daños ecológicos irreversibles. La industria enfrenta desafíos regulatorios y éticos.
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Minería en el océano: ¿La nueva frontera o un desastre ecológico?

El auge de la minería en aguas profundas

La minería en aguas profundas se considera una posible solución para la creciente demanda de metales raros como el cobalto, el níquel y el manganeso, esenciales para vehículos eléctricos, energías renovables y tecnología aeroespacial. Solo la Zona Clarion-Clipperton (CCZ) contiene más de 21 mil millones de toneladas de nódulos polimetálicos, ricos en estos metales. A partir de 2024, solo se han otorgado permisos de exploración, con actividades comerciales que se espera comiencen en 2025 bajo la supervisión de la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos (ISA).

Principales actores e interés global

Países como Noruega, las Islas Cook y Papúa Nueva Guinea están explorando activamente la minería en aguas profundas dentro de sus zonas económicas exclusivas (ZEE). Las Islas Cook recientemente cerraron un acuerdo con China, mientras que los planes de Noruega enfrentan retrasos debido a la oposición política. Estados Unidos también ha mostrado interés con órdenes ejecutivas para acelerar los permisos.

Preocupaciones ambientales

Organizaciones ambientales como Greenpeace advierten que la minería en aguas profundas podría causar daños irreversibles a los ecosistemas marinos. El proceso implica extraer minerales del lecho marino, lo que puede perturbar hábitats frágiles y dispersar plumas tóxicas. Los científicos enfatizan que las consecuencias a largo plazo son poco comprendidas y abogan por una moratoria hasta que se realicen más investigaciones.

El futuro de la minería oceánica

Aunque el potencial económico de la minería en aguas profundas es innegable, los riesgos ecológicos plantean grandes desafíos. Encontrar un equilibrio entre la demanda industrial y la conservación ecológica será crucial.

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